Hoy recibí un correo de un amigo que es pastor fuera de Lima, donde llamaba la atención del por qué los evangélicos no decimos nada frente a la monumental imagen de Cristo colocada por Alan García en Chorrillos o sólo se hace mención de su ego, dejando de lado el verdadero significado del Cristo bíblico que debe vivir en nuestros corazones y que no debe ser representado por imágenes condenadas por Dios. Mi respuesta fue la siguiente:
Me alegra saber que tus preocupaciones pastorales no se limitan a las cuatro paredes del templo, sino que las trascienden, como algún teólogo europeo dijo: "Mi parroquia es el mundo".
Es cierto que nuestra crítica profética no sólo debe centrarse en el ego de nuestro inefable presidente, sino ir al fondo del asunto de la idolatría que es condenada con suma claridad en toda la Biblia. Dios no puede ser cosificado o identificado como objeto que alguien utiliza para su propia conveniencia y luego la guarda hasta que la necesita de nuevo. Eso es un ídolo y Jesús no nos muestra ni representa ese tipo de dios. Quizá por eso es que Él se presenta como Espíritu en la Biblia, para que nadie pueda idolatrizarlo.
Pero también hay que tener en cuenta que, además de tener a Cristo en nuestro corazón y adorarlo en espíritu y verdad, es necesario recordar que la idolatría que condena la Biblia no sólo se refiere a las representaciones físicas de la deidad sin más. Lo grave del asunto es que, detrás de toda imagen creada por el hombre había toda una ideología política, social, económica y religiosa que era utilizada por los grupos de poder para someter a los pueblos a través del miedo y mantener así su dominio y opresión.
Ese era el cambio de mentalidad que Dios quería crear en el pueblo de Israel en el desierto. Ellos tenían la mente alienada con la ideología egipcia de que el faraón era semidios y los sacerdotes sus intermediarios, y justamente eran esos grupos poderosos los que estaban en la cima de la pirámide social. ¿Dónde residía su poder? En la manipulación religiosa que inventaban para mantener al pueblo sometido y obediente a sus intereses. Ese sí era "opio de los pueblos". ¿Se parece mucho a nuestro mundo capitalista globalizado, no? (Y algunos cristianos dicen que es una bendición porque los hace prosperar ¿?Así, a quiénes? Sólo a los que someten a los demás y a costa de la muerte de muchos excluidos ¿Qué bendición, no?).
A Dios le interesaba enseñar a su pueblo que había un solo Dios, al único que se debe adorar como tal, que ese Dios no pedía sacrificios humanos porque amaba la vida. Quería que aprendieran a vivir en comunidad como hermanos, sin egoísmos ni dominios de unos sobre otros porque hasta las autoridades, que no eran dioses, debían guiar al pueblo en justicia, misericordia, paz y gozo para todos. Ese era el Shalom de Dios, y no sólo para ellos, sino para "ser bendición a todos los pueblos de la tierra".
Así que, frente a las imágenes y Cristos "que no tienen ni manos ni boca..." hay que tener mucho cuidado de lo que les hacen decir para proteger intereses de grupos de poder mezquinos y egoistas y someter la dignidad y derechos del pueblo que sufre por sus injusticias, su hambre de poder y la voracidad de vidas humanas sacrificadas a su dios Moloc, Mamon o cualquier otro que se inventen.
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