jueves, 6 de octubre de 2011

DESCUBRIENDO A DIOS POR LAS PALABRAS Y HECHOS DE JESÚS

Hay muchas formas de hacer teología, una de ellas es tratando de utilizar los conocimientos adquiridos de una manera sencilla y sin complejos, buscando la manera de encontrar respuestas a nuestras interrogantes actuales, desde un pensamiento concreto y realista que articule lo más adecuadamente posible la realidad vivida por Jesús y su tiempo, con nuestra realidad y contexto vigente.

Trataremos entonces de observar los dichos, enseñanzas y acciones de Jesucristo, a la luz de nuestras inquietudes por entender la voluntad de Dios, en medio de nuestra realidad de violencias, injusticia y corrupción que marcan nuestro mundo tan rico e irónicamente tan pobre. Esperamos así cumplir nuestro objetivo de compartir un Evangelio sencillo y practicable, así como desafiante y edificante.

Iremos en el mismo orden que encontramos en el Nuevo testamento, de Mateo a Juan, relacionando cuando fuere necesario, los pasajes paralelos y ubicándolos en su propio contexto.

MATEO
Diremos entonces, para empezar, que lo primero que encontramos en Mateo es a Jesús en el inicio de su ministerio, como a los 30 años de edad, en el momento de su bautismo.

Bautismo de Jesús (3:13-17)
1. Jesús pidió a Juan ser bautizado "para cumplir toda justicia", es decir, para dar a conocer que estaba identificado con el propósito del Reino de Dios, a favor de un cambio de actitud de todos los hombres hacia Dios y hacia su prójimo, teniendo como base la Justicia (v.2).
2. Implícitamente Jesús estaba rechazando el reino de la traición, la maldad (v.7), la hipocresía y la justificación de la injusticia, así como el orgullo racial, social, político, económico y espiritual que los líderes religiosos judíos practicaban (v.8-10).
3. Esta actitud de Jesús hizo que Dios le manifestara su aprobación y abriera su presencia y la comunión con su Espíritu, lo cual sería un adelanto de lo que recibiera todo hombre o mujer que siga su ejemplo.

Conclusiones:
* El Dios de Jesús exige a toda persona que se adhiere a él, un cambio de actitud hacia Él y hacia su prójimo, sobre la base de una relación de Justicia.
* El Dios de Jesús rechaza el reino de la traición, la maldad, la hipocresía y la justificación de la injusticia, así como el orgullo y su inseparable marginación racial, social, sexual, política, económica, religiosa y cualquier otro tipo de injusta exclusión de su prójimo.
* El resultado de esa fidelidad a Dios es una agradable e íntima comunión personal y comunitaria con Dios y su Espíritu de gracia.

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