lunes, 30 de mayo de 2011

Debate de segunda vuelta en el Perú

Escuché más o menos atentamente el último debate presidencial entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori, postulantes al sillón presidencial peruano. Me pareció que fue un evento por demás agrandado en sus expectativas por diversos medios de comunicación, ya que lo que percibimos no fue lo que se esperaba. Nos dijeron que de ello podría depender la elección de uno u otro candidato por la falta de claridad de un sector importante de votantes que no tenían su opción decidida y que hasta ese momento formaban parte del gran porcentaje de votos nulos o viciados (alrededor de 15%).

Lo cierto es que ninguno de los dos dijeron cosas novedosas. Se dedicaron a mandarse puyas con el fin de mostrar la verdadera apariencia de cada cual. Pero, a decir verdad, dejaron más dudas que clarificaciones, principalmente acerca de la hoja de vida de cada uno. La gran mayoría de electores indecisos no se va a dedicar a investigar si es verdad lo que se dijeron los candidatos porque me parece que son de los que se dejan llevar más por lo que se dice por ahí, que por los hechos reales. 

Por otra parte, a quienes ya teníamos clara nuestra opción no nos ha beneficiado ni afectado en cuanto a nuestra decisión. Lo que sí queda claro es que, a mi modo de ver, Keiko ha continuado copiando las alternativas propuestas por Ollanta y su grupo político, principalmente acerca del tema de la inclusión social y la lucha contra la pobreza y eso sí pudiera confundir a quienes ven el desarrollo del Perú pensando sólo en Lima. 

Me hizo recordar a los magos y adivinos que eran parte de los asesores del Faraón egipcio, en el tiempo en que el pueblo hebreo vivió esclavizado, quienes imitaban las acciones de Moisés con el propósito de confundir al mismo emperador y evitar así la liberación de su pueblo. La diferencia es que aquí los "emperadores´" sí saben muy bien lo que quieren y a quienes mantener en la esclavitud. 

Esperamos que la justicia finalmente se imponga en nuestro país y Gana Perú realmente gane las elecciones para evitar una secuela de manipulación, corrupción, robo sistemático y matanzas de enemigos políticos que fueron las características del gobierno del papá de Keiko, quien es el que dirige toda su campaña desde la Dinoes. Pero ¿qué hubiese sido de su dictatorial gobierno si no tendría al inefable Montesinos? Esperamos que este sujeto no haya tenido algún hijo escondido porque sino también diría que él "no es como su padre". 



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